Mediación civil-mercantil: una vía ágil para resolver conflictos empresariales
La Ley Orgánica 1/2025 ha reforzado la exigencia de intentar soluciones extrajudiciales (mediación, conciliación, etc.) antes de acudir a los tribunales, con el objetivo de descongestionar los juzgados. Este nuevo marco legal promueve mecanismos de resolución consensuada que resuelven los conflictos “de manera más rápida y eficiente”. Por ello, la mediación civil-mercantil se presenta hoy como una alternativa eficaz para pymes y empresas medianas, permitiéndoles solucionar sus disputas sin la espera y el coste de un juicio.
La mediación civil-mercantil, regulada por la Ley 5/2012, es un proceso voluntario y confidencial en el que un mediador neutral facilita el diálogo entre las partes. A diferencia de un juez, el mediador no impone soluciones: guía a las partes para que ellas mismas alcancen un acuerdo mutuamente aceptable. Todo lo conversado en mediación es privado, lo que protege la información sensible y la imagen de su empresa durante la negociación. Si no se logra acuerdo, siempre se conserva la opción de acudir luego a la vía judicial.
Ventajas de la mediación para tu empresa
- Rapidez: Evitar el procedimiento judicial permite resolver el conflicto en mucho menos tiempo. En la mediación es frecuente llegar a soluciones en cuestión de semanas o pocos meses –en lugar de los años que puede tardar un juicio.
- Menor coste: La mediación es notablemente más económica que un litigio completo. Al participar menos actores (sin necesidad de peritos o múltiples apelaciones), los gastos totales se reducen significativamente.
- Confidencialidad: Todo lo discutido queda protegido y no trasciende al público. Esto permite a las empresas preservar su reputación comercial: solo el acuerdo final sale al exterior, si así lo deciden las partes.
- Restauración de relaciones: A diferencia de un juicio, la mediación busca reconstruir la confianza entre las partes. Esto resulta clave en entornos empresariales: resolver disputas de forma amistosa ayuda a mantener relaciones comerciales (con clientes, proveedores o socios) que pueden seguir siendo valiosas después del conflicto.
- Acuerdos vinculantes: Los acuerdos alcanzados suelen ser aceptados con mayor satisfacción por ambas partes. Además, pueden elevarse a escritura pública o homologarse judicialmente para tener plena eficacia legal. Así, el resultado obtenido en mediación es vinculante y puede hacerse ejecutar si alguna parte incumple.
- Voluntariedad y control: La mediación es un proceso flexible y voluntario. Su empresa decide participar y puede adaptar el procedimiento a sus necesidades. Al terminar, el poder de decidir el contenido del acuerdo recae en las propias partes, no en un tercero. Por supuesto, si no se llega a un acuerdo, la empresa puede optar después por la vía judicial.
Estas ventajas convierten la mediación civil-mercantil en una opción especialmente atractiva para empresas medianas y pymes: ofrece rapidez, ahorro de recursos y soluciones creativas, cumpliendo además con las nuevas recomendaciones legales de MASC, Métodos Alternativos de Solución de Conflictos.
Conflictos empresariales frecuentes
La mediación se aplica a una amplia gama de disputas comerciales. Entre los conflictos más comunes que puede afrontar una pyme mediante mediación destacan:
- Impagos y deudas: Reclamos de pagos pendientes entre proveedores y clientes. Un mediador puede ayudar a negociar plazos o quitas para saldar deudas de forma acordada.
- Controversias societarias: Desacuerdos entre socios o entre socios y administradores (por reparto de beneficios, gestión de la empresa, etc.). Muchas sociedades ya contemplan en sus estatutos el uso de mediación para resolver estas tensiones, evitando así bloqueos perjudiciales.
- Conflictos contractuales: Incumplimientos o discrepancias en la interpretación de contratos mercantiles (compraventa, prestación de servicios, distribución, etc.). La mediación permite discutir cláusulas y alcances sin llegar a impugnar un contrato ante el juez.
- Otras disputas comerciales: Litigios en materia de propiedad intelectual, competencia desleal, franquicias, o cualquier otro conflicto civil-mercantil. En general, siempre que las partes tengan intereses comerciales comunes, la mediación ofrece un espacio de negociación previo al litigio.
En todos estos casos, la mediación evita largos juicios y preserva la operación normal del negocio. En definitiva la mediación para la pyme tiene tres grandes ventajas: más rápido (acuerdos en menos de un mes en la mayoría de casos), más barato y ejecutable.
En Acountax ayudamos a la empresa a resolver disputas de forma ágil y eficaz, sin un litigio prolongado. Nuestra experiencia demuestra que esta vía alternativa permite centrarse en el negocio, no en los tribunales, y genera resultados más satisfactorios para todos.
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