La Ley de Segunda Oportunidad como Herramienta Estratégica para PYMES y Autónomos
En un entorno económico donde la financiación es restrictiva y la presión fiscal es alta, muchos autónomos y pequeños empresarios (PYMES) se encuentran en una encrucijada: tienen negocios viables, pero las deudas históricas les impiden crecer.
Anteriormente, hemos explorado a fondo la idoneidad de este mecanismo legal. Ahora, profundizaremos en por qué la reformada Ley de Segunda Oportunidad (LSO) es, más que un salvavidas, una herramienta estratégica que debe considerar para asegurar la continuidad de su actividad profesional.
La LSO: De Tabú a Herramienta de Gestión
La Ley de Segunda Oportunidad (LSO), en vigor desde 2015 y optimizada por la Ley 16/2022, está diseñada para personas físicas (incluidos autónomos y empresarios individuales) que, a pesar de actuar de buena fe, se ven desbordados por sus pasivos.
Su finalidad no es solo cancelar deudas, sino también reparar el daño económico y permitir la reintroducción de profesionales experimentados en el circuito económico, evitando el cierre de actividades potencialmente productivas.
¿Por Qué es Crucial para el Empresario?
Perfiles Idóneos y la Prueba de la «Buena Fe»
El mecanismo está específicamente pensado para el autónomo o pequeño empresario que ha afrontado dificultades financieras sin dolo o mala intención. La clave de la viabilidad es el requisito de la buena fe:
La Vía Rápida para la Exoneración (EPI)
La reforma de 2022 introdujo un modelo más ágil, simplificando el procedimiento en dos grandes fases:
- Fase de Solicitud Directa: Se inicia con la presentación de la solicitud ante el Juzgado de lo Mercantil. Se ha eliminado la obligatoriedad de intentar primero el Acuerdo Extrajudicial de Pagos (AEP), agilizando el acceso al concurso consecutivo.
- Exoneración (EPI): El Juez examina la documentación y la buena fe. Hay dos grandes vías de EPI:
- EPI con Liquidación: Se cancelan todas las deudas (salvo las no exonerables) tras vender los activos no esenciales.
- EPI con Plan de Pagos: El empresario puede conservar la vivienda habitual y las herramientas de trabajo asumiendo un plan de pagos de hasta cinco años. Esta es la vía predilecta para la continuidad empresarial.
La Ley de Segunda Oportunidad no es un favor, es un derecho. Los datos del Registro Público Concursal confirman que miles de profesionales están aprovechando esta vía para reactivar sus negocios sin la pesada carga del pasado.
En Acountax, nuestra experiencia como abogados concursales nos permite diseñar una estrategia a medida, asegurando que se cumplen rigurosamente los requisitos de buena fe y maximizando la protección de sus bienes esenciales. Si tiene una actividad viable es el momento de transformar su crisis en su próxima oportunidad de éxito.
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