La empresa familiar juega un papel fundamental en la economía española, no solo por su significativa presencia cuantitativa, sino también por importantes aspectos cualitativos. Entre estos se destacan su arraigo al territorio y sus menores niveles de endeudamiento, lo que les otorga una mayor resiliencia para enfrentar periodos de crisis económica y, en consecuencia, mantener el tejido empresarial en las regiones donde operan.
Durante la reciente jornada sobre fiscalidad empresarial, celebrada el 6 de junio en el Business Center de la Mutua Madrileña, se puso de manifiesto la relevancia de la empresa familiar en la economía española y los desafíos específicos que enfrenta en términos fiscales. Este tipo de organización, predominante en muchas economías, representa una parte significativa del tejido empresarial de España, contribuyendo notablemente al Producto Interior Bruto (PIB), la creación de empleo y la generación de riqueza. Sin embargo, la gestión fiscal de estas empresas presenta complejidades únicas debido a su estructura y gobernanza familiar.
Se subrayó que, aunque la empresa familiar puede beneficiarse de un conjunto de normativas y exenciones fiscales diseñadas para apoyar su continuidad y crecimiento, no existe un marco legal único y específico que la defina claramente. Esto puede generar incertidumbre y complicar la gestión fiscal. La Administración fiscal se centra en la realidad de las operaciones empresariales, más que en lo formalmente registrado, lo que implica que estas empresas deben demostrar de manera efectiva su actividad económica y la toma de decisiones dentro del núcleo familiar.
En el ámbito europeo, la relevancia de la empresa familiar es igualmente muy significativa, lo que ha llevado a las instituciones europeas a dictar distintas resoluciones con el objetivo de garantizar la supervivencia de la empresa familiar mediante un trato fiscal adecuado que permita evitar costes en la sucesión que impidan garantizar la transmisión familiar a las siguientes generaciones. En este contexto, la Unión Europea ha reconocido la importancia de las empresas familiares, promoviendo una normativa soft law que favorece su fiscalidad. La gran mayoría de los países de la Unión Europea han seguido las recomendaciones y han regulado distintos regímenes fiscales para favorecer la transmisión de la empresa familiar a las siguientes generaciones. En España, estas empresas pueden acceder a exenciones y bonificaciones en impuestos como el de Patrimonio y Sucesiones. Sin embargo, el cumplimiento de los requisitos para obtener estos beneficios puede ser exigente y requiere una planificación fiscal cuidadosa.
Durante la jornada, los expertos Cristina Mayo, socia del área Fiscal de Finreg 360 y Manuel Lamela, Socio Director de Acountax y coordinador de la Mesa de Asuntos Jurídicos de Madrid Foro Empresarial señalaron que la planificación fiscal es crucial para las empresas familiares. Aspectos como la transmisión intergeneracional, la estructura de los activos y la prueba de la actividad económica real deben ser considerados para maximizar los beneficios fiscales y asegurar la continuidad de la empresa. Los desafíos asociados a la fiscalidad de la empresa familiar requieren un enfoque estratégico y una comprensión profunda de las normativas vigentes y sus interpretaciones, con el objetivo de minimizar riesgos y aprovechar al máximo las ventajas fiscales disponibles.
En resumen, la jornada destacó que la fiscalidad de la empresa familiar es un aspecto vital que influye en su sostenibilidad y crecimiento. Con un enfoque estratégico e informado, estas empresas pueden navegar el complejo panorama fiscal, asegurando su contribución continua a la economía y a la generación de empleo.