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1 agosto, 2024La inspección farmacéutica: que hay que tener en cuenta y la actividad administrativa en verano
Cuando llega el periodo estival, y el merecido descanso de todos, incluido el de los farmacéuticos, prestadores de un imprescindible servicio sanitario para el que no existen vacaciones, es importante advertir que, en tema de inspecciones y comunicaciones, la administración no descansa.
Por ello, aunque siempre hay que estar preparado para una inspección, no podemos confiarnos en que, porque sea verano, no podemos ser objeto de una e, incluso, en el caso de haber tenido ya recientemente al inspector en la farmacia desarrollando sus funciones inspectoras, tampoco podemos fiarnos de que la autoridad sanitaria, por el hecho de que sea agosto, no pueda enviarnos alguna comunicación al respecto.
En este sentido, y aunque de todos los farmacéuticos son conocidos los puntos críticos a tener en cuenta en una inspección, queremos hacer hincapié en los mismos y recordar la importancia que tiene el hecho de que el farmacéutico, de manera diligente y previsora, realice, con cierta periodicidad, un proceso de autoinspección en su establecimiento sanitario, con objeto de tener controlados todos esos puntos críticos de los que hablamos y los protocolos de actuación establecidos en el día a día de nuestra labor en la farmacia.
Así, es fundamental el control de los medicamentos en cuanto a sus caducidades, conservación, luz y temperatura, tanto del local como de la nevera, la custodia y conservación de las recetas y de los estupefacientes. El tener al día los libros de estupefacientes y recetario, y, si formulamos, llevar y controlar que todas las cuestiones al respecto, espacio, material y equipo necesarios para la elaboración de los distintos tipos de formas farmacéuticas, son los correctos.
También es importante que la distribución del local se ajuste al plano autorizado, y que la identificación y señalización tanto del local como del personal de la farmacia cumplan a lo establecido en la ley. De este modo, la farmacia tiene que estar perfectamente identificada y localizada, y el personal, obligatoriamente, tiene que llevar la chapa de identificación, con su nombre y su condición dentro de la farmacia, titular, adjunto, auxiliar….
Si somos objeto de una inspección, nuestra obligación, para evitar males mayores, es colaborar con el inspector que nos visita, pero eso sí, desde la nueva ley del 2022, en la Comunidad de Madrid tenemos derecho a pedir su identificación.
Una vez realizada la inspección, y redactada el acta correspondiente con todas las cuestiones que ha podido reflejar el inspector, debemos firmarla, pero eso sí, hay que leerla previamente y, si en la misma se refleja alguna cuestión con la que no estamos de acuerdo, debemos firmarla haciendo constar que no estamos conformes, pues es importante esta apreciación a la hora de realizar unas posibles alegaciones posteriores.
Del mismo modo, no podemos pensar que, si hemos tenido una inspección, por el hecho de que cerremos la farmacia unos días en los que nos vayamos de vacaciones, no podamos recibir alguna notificación por parte de la administración. En este sentido, la autoridad sanitaria no descansa y, por tanto, puede perfectamente dejarnos en nuestro buzón electrónico una notificación al respecto, notificación que, si no accedemos a ella en 10 días, se tendrá administrativamente por notificada, comenzando el plazo que nos hayan otorgado para alegar lo que en nuestra defensa estimemos conveniente.
Por eso, si no estamos atentos, nos podemos encontrar con una desagradable sorpresa a la vuelta de las vacaciones, ya que ha podido transcurrir el plazo que nos dieron para defender nuestros derechos, puesto que no accedimos en su momento a la notificación efectuada.
En conclusión, seamos previsores y procuremos que, ante una posible inspección en la farmacia, tengamos todas las cuestiones relativas al cumplimiento técnico normativo, protocolos y buenas prácticas en nuestra farmacia en orden y, si nos vamos de vacaciones, tengamos la precaución, si hemos sido inspeccionados, de acceder con cierta frecuencia a nuestro buzón electrónico, y estar atentos a cualquier posible comunicación de la administración y, de este modo, en caso de necesidad, poder defender nuestros derechos realizando las oportunas alegaciones en tiempo y forma.
Maria Dolores Malpica Muñoz, Socia en el área de Derecho Procesal, Farmacéutico y Sanitario
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