Demanda administrativa: Qué es, requisitos y cómo presentarla

En el ámbito del derecho administrativo, la demanda administrativa es una herramienta jurídica clave para que ciudadanos, empresas y organizaciones puedan defenderse frente a decisiones, omisiones o actos irregulares de la administración pública. A través del proceso contencioso-administrativo, se puede solicitar la revisión de un acto administrativo que se considere contrario a derecho, afectando intereses legítimos o vulnerando derechos fundamentales.

Este tipo de demanda representa una vía legal para controlar el ejercicio del poder público y asegurar el respeto al principio de legalidad. Sin embargo, para que sea válida, deben cumplirse ciertos requisitos procesales y formales que analizaremos a lo largo de este contenido.

¿Qué es una demanda administrativa?

La demanda administrativa es una acción legal que permite impugnar un acto administrativo presuntamente ilegal o arbitrario emitido por una autoridad pública. Este tipo de demanda se presenta ante la jurisdicción contencioso-administrativa, una vez agotada la vía administrativa previa, con el fin de obtener la nulidad, modificación o suspensión del acto cuestionado.

Su finalidad es garantizar el respeto al principio de legalidad y proteger el interés legítimo del demandante frente a actuaciones que vulneren derechos fundamentales o infrinjan normas administrativas. Es un instrumento clave dentro del derecho administrativo para hacer efectiva la tutela judicial frente al poder de la administración pública.

¿Cuándo procede una demanda administrativa?

La demanda contencioso-administrativa procede cuando un particular busca la revisión judicial de un acto administrativo que considera lesivo, ilegal o arbitrario. Su interposición es válida en los siguientes supuestos:

  • Cuando un acto administrativo firme afecta derechos fundamentales o vulnera el principio de legalidad.
  • Si se ha agotado correctamente la vía administrativa previa mediante los recursos administrativos correspondientes (reposición, reconsideración o jerárquico).
  • Ante la inacción de la administración, configurando un supuesto de silencio administrativo, ya sea negativo o positivo.
  • Cuando se dicta una resolución que causa estado, es decir, que pone fin a la instancia administrativa y deja habilitada la vía judicial.
  • Si se trata de una omisión administrativa que genere efectos jurídicos contrarios a derecho.

En todos estos casos, el demandante debe contar con legitimación activa y presentar la acción dentro del plazo legal, evitando la caducidad del procedimiento.

Requisitos para presentar una demanda administrativa

Para que una demanda administrativa sea admitida por la jurisdicción contencioso-administrativa, debe cumplir con una serie de requisitos formales y sustanciales establecidos por la legislación procesal. Entre los principales se encuentran:

Legitimación activa

El demandante debe tener un interés legítimo, directo y personal en el caso, es decir, haber sido afectado por el acto administrativo impugnado.

Plazo legal

La demanda administrativa debe interponerse dentro del plazo establecido por la ley, generalmente dos meses desde la notificación del acto o desde la configuración del silencio administrativo. Fuera de ese plazo, se incurre en caducidad.

Agotamiento de la vía administrativa

Es imprescindible haber interpuesto y resuelto los recursos administrativos procedentes (como reposición, reconsideración o jerárquico), salvo casos excepcionales.

Contenido de la demanda administrativa

Debe indicarse con claridad el acto administrativo impugnado, los hechos relevantes, los fundamentos jurídicos y la pretensión del demandante (nulidad, modificación o suspensión del acto).

El incumplimiento de cualquiera de estos requisitos puede llevar a la inadmisibilidad de la demanda o a su rechazo por defectos procesales.

¿Cuál es el plazo para interponer una demanda administrativa?

El plazo para interponer una demanda contencioso-administrativa está regulado por la normativa procesal y varía según el tipo de actuación impugnada. En términos generales, se dispone de un máximo de dos meses contados desde la notificación formal del acto administrativo que se pretende recurrir.

En los casos de silencio administrativo, ya sea <strongpositivo o negativo, el cómputo del plazo comienza a partir del día siguiente al vencimiento del término legal que tenía la administración para resolver, sin haber emitido pronunciamiento expreso.

Es fundamental respetar este plazo, ya que su incumplimiento genera la caducidad de la acción y puede derivar en la inadmisibilidad de la demanda por presentación extemporánea. La correcta contabilización del tiempo es una cuestión esencial en el proceso contencioso-administrativo.

Etapas del proceso contencioso-administrativo

El proceso contencioso-administrativo sigue una secuencia procesal definida, destinada a garantizar el derecho a la tutela judicial efectiva frente a actos, resoluciones u omisiones de la administración pública. Las etapas principales son:

  • Admisión de la demanda administrativa: En esta primera etapa, el órgano jurisdiccional examina si la demanda cumple con los requisitos procesales mínimos: existencia de legitimación activa, presentación dentro del plazo legal, agotamiento de la vía administrativa previa, y claridad en la exposición de hechos y fundamentos jurídicos. Si se detectan errores subsanables, se concede un plazo para corregirlos. De lo contrario, puede declararse la inadmisibilidad de la demanda.
  • Respuesta de la administración: Una vez admitida, se traslada la demanda a la entidad demandada, generalmente un órgano de la administración pública, para que conteste dentro del plazo establecido. En esta fase, la administración puede justificar la legalidad del acto administrativo impugnado, impugnar los hechos alegados por el demandante o incluso proponer excepciones procesales como la falta de competencia, caducidad o ausencia de legitimación.
  • Fase probatoria y de alegatos: Durante esta etapa, ambas partes pueden aportar medios de prueba para sustentar sus pretensiones: documentos, informes técnicos, pruebas periciales, testimonios o requerimientos a la administración. Finalizada la fase probatoria, se formulan los alegatos jurídicos finales, donde cada parte resume su postura desde el punto de vista del derecho aplicable.
  • Sentencia: Tras el análisis de los hechos y argumentos presentados, el órgano jurisdiccional dicta una resolución motivada. La sentencia contencioso-administrativa puede declarar la nulidad total o parcial del acto, su modificación, o su validez. También puede incluir condenas en costas o medidas accesorias. Si existen errores de derecho o infracción procesal, la parte afectada puede impugnar la decisión.
  • Recursos judiciales: Contra la sentencia, según el caso, pueden interponerse distintos recursos procesales: apelación ante una instancia superior, casación por interés casacional objetivo, o incluso un recurso de revisión si se descubren hechos nuevos o vicios graves en el procedimiento. Estos recursos buscan garantizar el principio de doble instancia y la correcta aplicación del derecho.

Estas fases de la demanda administrativa están reguladas por las leyes procesales administrativas y buscan equilibrar el poder público con los derechos del administrado dentro de un marco de legalidad y control judicial efectivo.

¿Cuál es el coste de una demanda administrativa?

El coste de interponer una demanda administrativa puede variar en función de varios factores, entre ellos la complejidad del caso, la cuantía del asunto, y si se recurre a asistencia profesional. Aunque el acceso a la jurisdicción contencioso-administrativa está regulado para garantizar la tutela judicial efectiva, existen gastos a considerar:

Tasa judicial

La interposición de una demanda contencioso-administrativa suele estar sujeta al pago de una tasa por el ejercicio de la potestad jurisdiccional. Esta obligación recae, por regla general, sobre personas jurídicas, aunque en ciertos supuestos las personas físicas pueden quedar exentas, especialmente si cumplen los requisitos para acceder al beneficio de justicia gratuita.

Honorarios de abogado y procurador

La asistencia de un abogado y, en algunos casos, de un procurador, no siempre es obligatoria pero sí altamente recomendable, sobre todo en procedimientos complejos o con alta cuantía. Los honorarios profesionales varían en función del despacho, la dificultad del caso y el tiempo dedicado, y pueden pactarse mediante hojas de encargo.

Costas procesales

Si el demandante pierde el juicio, el órgano jurisdiccional puede imponerle el pago de las costas procesales. Estas incluyen las tasas judiciales, los honorarios del abogado de la parte contraria y otros gastos derivados del proceso. La condena en costas busca compensar a la parte vencedora y disuadir litigios temerarios.

Peritajes u otras pruebas

Cuando el proceso requiere de pruebas técnicas o especializadas —como informes periciales, dictámenes profesionales o análisis científicos—, el coste debe ser asumido inicialmente por la parte que las solicita. No obstante, el juez puede decidir que los gastos sean compartidos o incluso cubiertos por la parte vencida en la sentencia.

Para quienes carecen de recursos económicos, es posible solicitar el reconocimiento del beneficio de justicia gratuita, siempre que se cumplan los requisitos legales establecidos.

Lo que debes recordar sobre la demanda administrativa

La demanda administrativa es un mecanismo esencial dentro del derecho administrativo para ejercer control judicial sobre las actuaciones de la administración pública. A través del proceso contencioso-administrativo, los ciudadanos pueden impugnar actos administrativos que consideren ilegales, arbitrarios o lesivos de sus derechos.

Presentar esta acción requiere cumplir con requisitos clave como la legitimación activa, el respeto del plazo legal, el agotamiento de la vía administrativa y una adecuada fundamentación jurídica. El proceso incluye fases como la admisión, contestación, prueba, sentencia y posibles recursos. También es importante considerar los costes asociados, como tasas judiciales y honorarios profesionales.

En definitiva, la demanda administrativa es una herramienta fundamental para garantizar la tutela judicial efectiva y el equilibrio entre el poder público y los derechos del administrado.

¿Dudas sobre su caso? Escríbanos y le orientamos.

Puede ponerse en contacto con nosotros escribiéndonos a info@acountax.es, llamándonos de forma gratuita al 900 264 785 o rellenando el siguiente formulario de contacto que ponemos a su disposición. Le responderemos en menos de 24 horas.


    Información básica protección de datos personales; Responsable: Acountax Madrid S.L. Finalidad del tratamiento: atender las cuestiones que nos plantee cuando le llamemos en respuesta a su petición y, en su caso, concertar una cita en nuestro despacho. Derechos: puede ejercitar los derechos que le reconoce la normativa vigente sobre protección de datos en los supuestos y forma que se explica en nuestra
    política de privacidad, donde encontrará Información completa sobre el tratamiento de sus datos personales.

    Resumen de privacidad

    Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.